jueves, 11 de noviembre de 2010

Ya no sé que pensar de ti.

Incluso me cuesta respirar. El hecho de saber quién eres en realidad me ha dejado sin aliento. El hecho de saber tus intereses, el por qué te mueves, el por qué vives, me ha destrozado. Ha sido un maldito golpe bajo, no estaba preparada para ello. ¡Dime! ¿Por qué yo no tengo esas sonrisas tuyas como regalo? ¿Por qué solo tengo ese maldito muro que pones entre nosotros? Estoy cansada. Cansada de esperar a que me veas, cansado de darte lo mejor de mí y recibir puñaladas por todos los lados. En estos momentos, desearía no haber sabido nunca de ti, pues no me hubiera tropezado con lo que más odio en el mundo: El amor. Gracias a ti ha pasado todo eso. Me has defraudado, me has herido otra vez. Ya no puedo confiar en nada. Ni en las apariencias, pues siempre engañan. Estoy cansada de fingir estar bien, cuando de verdad no lo estoy. Eres una puta mentira, eres una máscara que esconde lo que nunca he querido. ¿Por qué? ¡Dime! ¿Por qué eres así? En estos momentos, maldigo el día en el que decidí mirarte a los ojos y lanzarme al vacío. Me la he pegado bien pegada. Gracias a ti, no puedo confiar ni en mí misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario