jueves, 11 de noviembre de 2010

Sonríe, porque esta es tu noche.

Esto es lo que continua. Esto es lo que me libra de existir y lo que me hace vivir. 
La gente, la que hay a mi alrededor, se limitan a levantarse, calzarse unas botas altas 
& caminar como autómatas, sonriendo cuando hay que hacerlo, 
discutiendo cuando otros discuten, enterrando la cabeza cuan avestruces
Se convierten en pequeños borregos, en las abejas obreras.
Se limitan a existir, sin pararse en el espejo y mirarse de verdad;
sin hacer lo que les apetece, pensando lo mismo que pueden llegar a pensar los otros. 
Una existencia no sirve absolutamente nada. Es basura, desechos. Es vacío.
Cuando lo único que haces es existir, lo que hay a tu alrededor no importa realmente. 
Respiras porque otro lo hace. Sigues el criterio propio de otras personas. 
Intentas vivir lo que los demás experimentan, por varias razones:
Puedes llegar a sentirte solo. Puedes estar acomplejado. 
Puedes no valorarte a ti mismo como deberías. 
Te diré una cosa: Nunca vas a dejar de estar solo mientras sigas existiendo.
Nunca dejarás de tener complejos mientras te limites a existir.
 Y nunca te vas a valorar si tu primer valor en la vida es existir.
¡Vive! ¡Deja de existir de una vez y limítate a vivir! Sonríe, salta, grita, canta.
 Haz lo que te de la gana, cuando te de la gana y con quien te de la gana. Pero hazlo
En ese momento, dejarás de sentirte solo y la gente empezará a rodearte de nuevo. 
Cuando te rodeen, los complejos dejarán de ser el tema de las comidas y de las cenas. 
Cuando eso ocurra, te empezarás a valorar a ti mismo. Es todo un ciclo.
 Cuando lo único que haces es existir, todo a tu alrededor empieza a caerse a pedazos
Viviendo, consigues construir algo realmente hermoso dentro de tu interior.
 ¡Vamos, inténtalo! Nunca vas a perder, siempre vas a salir ganado. ¿Es lo que quieres, verdad?

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